lunes, 26 de agosto de 2019

La Inclusión: Palabreo en Escuela de Agronomía PUCV, agosto de 2019


(Título original: "¿En qué nos queremos incluir? Una mirada crítica a la inclusión")

Se me ha invitado a hablar a esta escuela de agronomía PUCV, sobre inclusión, para, según entiendo, llegar a aproximaciones y reflexiones en conjunto en torno a la temática en cuestión. Entonces, Claudia María (ay, me gusta hablarle a mis amigas imaginarias y a las no tanto), yo te digo y les digo y muy me digo, es necesario preguntarse: ¿qué es inclusión? Y pues, a mí como LOK con luna en los escorpiones, siempre desconfiada mirando por debajo de las aguas, como dirían las amigas, entiendo las definiciones, no como absolutas, sino como aproximaciones. En tal sentido, para mí, como un maricón vestío e mujer, que cuentan me llaman en el barrio a mí y a tantas otras, niña, les digo: shiquilles: inclusión la entiendo en clave de multiculturalismo, igualdad y cooptación.

Multiculturalismo, entendido como un proyecto al calor del Neoliberalismo, para hablarnos no, de una pluralidad, sino más bien, de una diversidad y que como tal, se domestica, sabi. A la vez que se refuerza la agenda específica de cada grupo, en pos de la defensa identitaria a ultranza.

Igualdad, comprendida en clave de ser como el Sujeto Universal de la Historia de la Modernidad pues, niña: El Hombre Occidentalizado que le llaman. Entiendo que este debate sobre la igualdad, entre los feminismos, es bastante antiguo, pero no por ello, menos actual, y sobre todo cuando a inclusión nos referimos. Entonces, el ¿iguales a quién? Al Conquistador/Colonizador, niña.

Cooptación: Explicar la cooptación es Jacqueline Van Rysselbergue declarándose feminista, es Valentina Verbal, mujer trans actual militante de Evópoli, otrora de RN, es Zuliana Araya, concejala trans defensora de los intereses del PPD.

Enunciados estos términos, quisiera invitar a reflexionar sobre razones que yo veo para que estemos hablando de inclusión, hoy lunes 26 de agosto de 2019, en la Escuela de Agronomía de la PUCV. Para eso, chiquilles: miro en mi calendario mental (porque una es LOK y se imagina cuánta cosa), y llego al 12 de octubre de 1492, en donde inicia lo que un caballero de los decoloniales, el Anibal Quijano, dice que muy se llama, Colonial Modernidad.

“Aperreó Balboa cincuenta putos que halló allí, y luego quemólos, informando primero de su abominable y sucio pecado”

Las anteriores son palabras de lOs conquistadores, lOs que se encontraron con otro que no era como ellOS, por eso eran los otros. Lo que se produce a partir de ese encuentro, es el asesinato de lo indivisible, lo complementario, para los pueblos originarios. Surge con este crimen, la Modernidad y que mediante la acumulación originaria a través del saqueo de los pueblos prehispánicos termina por darle forma a lo que se dará por llamar Capitalismo. España y por consecuencia, Europa, se mira a sí misma y conforma América. Construyéndola a su imagen y semejanza. Por lo tanto, los amujerados, los putos, los sodomitas, los machi weyes, comenzaron a ser desterrados, eliminados, silenciados, borroneados de la Historia. Y es precisamente esta borradura, la cual, a juicio de Giuseppe Campuzano, nos constituye; él hacía referencia a las personas transgénero; yo por mi parte, lo escribo y lo digo, pensando en la gran cantidad de subjetividades y cuerpos que escapan de la normativa binaria del género.

Siguiendo en la línea de la Campuzano, nosotras las raritas y les rarites, tenemos la potencialidad de haber estado siempre al centro de la historia oficial, y en la historia anterior a la oficial. Y el haber sido borroneadas expresa que jamás estuvimos ni hemos estado ni en las periferias ni en los bordes: hemos sido, somos y seremos centrales.

¿No lo ven ustedes en las calles? ¿No ven ustedes el fundamentalismo conservador y religioso? ¿No han oído ustedes la repetición exasperante de “No a la ideología de género”? Si fuéramos borde, Danae del Carmen, aquello no sería posible. Este mismo Fundamentalismo fue el que impactó estas tierras el 12 de octubre de 1492 y se dedicó a “normalizar” cuerpos en función del binarismo hombre y mujer. Este montón de indígenas amujerados representaban una verdadera amenaza para sus propósitos, por lo tanto, debían dedicar arduos esfuerzos para destruir cualquier brote de subversión.

Existen autoras como Rita Segato quien sostiene asistimos a un período de Fundamentalismo, producto del fracaso de la política del Multiculturalismo. Y estoy de acuerdo, aunque pondría el matiz de la transición, una que además está determinada por el Estado-Nación en el cual vivamos.

Observo que en el caso de Chile, el Multiculturalismo, por lo tanto, la inclusión, están ahí, es un discurso que se nos aparece por todas partes.. Sí, como aún no estamos de frentón bajo un gobierno abiertamente fascista, cualquier agresión que suframos será consignada, reclamada. Un ex compañero de trabajo, bien diría: “no se les puede decir nada a los maricones”.  Sin embargo, la inclusión opera en la misma clave del Fundamentalismo: borradura histórica.

Así, mientras el primero, nos borra de un plumazo con toda la violencia posible e imaginable de la historia, sacándonos del espacio público; la inclusión nos borra, precisamente, cuando nos incluye.

¿En qué nos hemos de incluir, niña? Creo que es  una pregunta fundamental. Pero no se hace, y me parece que se debe a una simple razón: no tenemos historia. Desconocemos la cantidad tremenda de represiones, crímenes; del genocidio específico en contra de nuestras subjetividades y cuerpos. Lo único a lo que podemos echar mano, es a esa historia restringida de por sí, que la Modernidad nos ha permitido saber.

Poquito es, pero algo es algo saber que el 22 de abril de 1973, un grupo de locas se tomó la plaza de Armas de Santiago en protesta por la tortura que sufrían en pleno gobierno de la Unidad Popular, heredera de una política de mandatos anteriores.

 El relato lo constituye la transexualidad creada en un laboratorio de los Estados Unidos por Harry Benjamín, la cual consiste en convencer que todo se trata de vivir en el cuerpo equivocado, y que tal problema es una cuestión individual que ha de ser solucionada por la medicina a través de tratamiento hormonal y operación de reasignación sexual. Así nos lo han asegurado desde 1953. Mientras que algunos años antes, a fines de la década de los 40s, también en Gringolandia, John Money y su equipo, no considerando el sexo para tratar a tanto cuerpo por fuera de la norma hegemónica, crea la categoría de género y pegadita, la intersexualidad, en dónde los centímetros fueron determinantes para intervenir quirúrgicamente, el cuerpo de bebés.

Nosotras, niña, en la Modernidad, en esta época de avanzada, nos encontramos con el relato del cuerpo equivocado. Luego vendrán seres rebeldes, que desde activismos diversos, se plantarán desde lo transgénero. Acá habrá una mirada interesante, pero colonial, porque se escuchan cosas problemáticas a mi parecer como definir a un indígena con genitales masculinos vestidos, con lo que en la actualidad, son las prendas asociadas a las usadas por una mujer, como un transexual de pueblo originario. Y yo digo, no niña, sabí: no se pueden aplicar categorías de la Modernidad sobre una realidad no fundada en ésta.
Con el relato del cuerpo equivocado, y con el discurso más empoderante que le llaman de lo transgénero incluso, se nos invita a incluirnos en la sociedad pensada por Colón, quién al contrario de lo que la gente cree, siempre estuvo profundamente más interesado en evangelizar que en el oro, como lo plantea la amiga Todorov, sabi.

Entonces, ¿En qué debemos incluirnos cuando hablamos de inclusión? En el sistema mundo gobernado, construido, fundamentado por la burocracia masculinicista de un Patriarcado Occidental que, siguiendo la línea de la feminista indígena Aura Cumes, nada tenía que ver con los sistemas de comunidad con ciertas jerarquías de los pueblos originarios del lugar en el cual ella habita: Guatemala. Y como la realidad de los territorios del Abya Yala, es de las muy diversas, también es posible entender a este Patriarcado como la fusión con un Patriarcado ya presente en estas tierras; es decir, un Entronque Patriarcal, como bien explican las compañeras feministas comunitarias de Bolivia.

Más allá de estas consideraciones, lo cierto es que nos encontramos frente a un sistema de mundo burocrático, que tomando las palabras de la feminista decolonial, Rita Segato, consiste en protocolizar, tecnocratizar, las relaciones cotidianas y de política pragmática de las comunidades anterior a la Conquista/Colonización.

Frente a tal escenario, me gustaría hacer la invitación a reunirnos, cantar, reír, bailar, simplemente mirarnos. Al vincularnos mediante la recomposición de los tejidos sociales, de nuestros vínculos comunitarios. Es decir, abandonar la burocracia impuesta mediante el proceso de conquista/colonización, ya mencionado y que, me parece habría que precisar que lo veo, principalmente, como una lógica de verticalidad.

Esto, en cuanto es un grupo (suele ser una elite o cerrado) el cual determina el camino a seguir al momento de diseñar, tecnocráticamente, los caminos a seguir para lograr amoldarse y terminar por incorporar a los grupos excluidos, a las dinámicas de la sociedad en marcha, y sobre la cual no opinan para conformarla, sino que para incorporarse a lo ya establecido.

Y siguiendo la línea de Segato, esta burócrata verticalidad, me parece que la podemos ver en la complejización del trato cotidiano: con esto me refiero a que se emplea la distancia, la formalidad, un lenguaje adecuado y objetivo para relacionarse con subalternos y éstos a su vez, entre ellos.

Se constituye la experticia de un grupo, los llamados expertos que dan a conocer la realidad de tal cual población excluida. ¿No han asistido ustedes a las llamadas charlas sobre niñez trans? Pregunta foro, que dicen las amigas: ¿No les parece violento que un psicólogo o psicóloga, mediante exposición con diapositivas con citas de cuánto reputado médico exista, explique qué significa ser unx niñe trans?

¿Es que acaso, hay gente brindando charlas respecto de qué es ser hombre o mujer?

Ay, niña: y es que se privilegia, en pos de la inclusión, la mediación siempre formal, siempre enrevesada y siempre desde la exposición en clave de sujeto/experto y objeto de estudio.
Déjenme decirles una cosita, como diría la amiga transformista de la Organa, con las chiquillas hemos llegado a concluir que cualquiera que se haga llamar experto en género, podría o debería más bien, ponerlo en cuestión, en pos del diálogo. No se puede ser experto en una materia llena de matices sujetos a contextos diversos, tanto, que no pueden ser enumerados por los dedos de nuestras manitas, y solo da cuenta de la lógica positivista de la observación del objeto de estudio.

La inclusión es problemática, porque es sintomática de Patriarcado Occidental. Si se necesita inclusión, es porque existe una exclusión, y para que haya exclusión, un grupo se tuvo que poner al centro como protagonistas de la historia, lanzando a todxs quienes no sean parte de ese grupo, a los bordes. Y esto, porque se construye Sujeto y Otredad. La lógica replicada por los psicólogos.

Si comenzamos a vernos, a sentirnos, a confiarnos xl unx en xl otrx, si hacemos comunidad o si generamos un apoyo mutuo, si nos comenzamos a pensar en perspectivas de proyectos políticos vitales que por tal, puedan poner al centro la vida y cómo deseamos vivirla, de manera colectiva, horizontal, sin tener que agendar reunión con tal o cual autoridad, sin necesidad de un timbre ni de la tramitación de una ley para comenzar a utilizar el nombre legal, no será necesaria la inclusión, porque nadie tendrá que incorporarse a lo ya establecido, sino que como todxs, será parte fundante del ¿qué queremos? ¿cómo lo queremos? Y cuanta otra pregunta que te enseña el profesor de biología cuando te habló del aborto para decir “es malo”.

Y pienso, aprovechando que estoy acá, sabí: cuando se habla de comunidad universitaria por ejemplo, no se puede tomar este concepto a la ligera, como algo dado. Porque las comunidades como ya decía, se construyen entre todxs, pero sin autoritarismos, se hacen en igualdad de condiciones.

Tons, como dice la amiga de los zapatistas terroristas: la gente rarita como una, que dicen que dicen que somos algunas, no es que se tenga que incluir, no es que la tengan que incluir, entre todxs se ha de construir el proyecto de comunidad universitaria que se estime pertinente o más mejor, como dice la Teresa cuando don Braulio le da su punto de vista.

So, denle una vueltita larga, intermedia o cortita, o todas juntas, a esto de construir horizontalmente, y mandar menos correo con tanta formalidad o dejar de enviar tanto mail y a verse más, a saber quién es cada cual, qué le afecta, que le pone feliz y así y así. Tal vez, no hagan falta ni normas ni protocolos, tal vez y solo tal vez, porque en un mundo marcado por la certeza, yo creo que es más linda la incerteza para no tener un plan armado a imponer, porque de lo contrario, vamos a seguir pensando que somos Europa, mientras que el otro es América.

sábado, 24 de agosto de 2019

Lenguaje Inclusivo: los peligros de la inclusión y de la guetificación



Pienso en Val Flores quien señaló: “Desmontar la lengua del mandato y, al mismo tiempo, criar la lengua del desacato, rehusar la lengua del colonizador y atizar, a su vez, la lengua de la revuelta” (*)

Palabras que me llevan a imaginar, una vez más, otras posibilidades de ser, de habitarse. Porque esto de la lengua es otra forma de habitarse y afectarse creo yo, sabi. Y de ahí que me genere nerviosito ito ito este asunto del lenguaje inclusivo que le llaman. El que en rigor, debería ser lengua inclusiva, pues desde la lingüística nos explican que la que muta es ésta.

La iniciativa que, vendría a pretender una lengua neutra, básicamente vía la partícula “e”, despertó la crítica tanto de defensores de la RAE, de algunos sectores de las izquierdas marxistas, anarquismos, sectores conservadores y ciertas corrientes feministas, como la del feminismo radical de la diferencia. Más que referirme a las observaciones de los grupos detractores, me interesa manifestar mis aprehensiones.

Pero antes, María Natalia: me gustaría contar mi acercamiento al lenguaje inclusivo. Y pues muy que me acuerdo que yo vengo escuchando sobre esta materia desde hace unos siete años más o menos, desde que me inicié en esto de los activismos políticos, las militancias feministas y en las izquierdas. De hecho, recuerdo que el  fue muy utilizado en el Primer Congreso por una educación no sexista (éste sí fue el primero y no como pretenden las patúas de MUMS  con ese congreso del 2017). Me acuerdo también que con compañeras militantes nos parecía gracioso, porque sonaba de una manera cómica en voces de chicas que hablaban tan correctito. Digamos que ése fue mi primer acercamiento.

Luego, en esto de compartir con amigxs de la OTD -actualmente, Organizando Trans Diversidades- se me hizo más cotidiano y real, sabi. Porque no era empleado por gente que hablaba correctito, sino que por personas a quienes lo vivían desde sus cuerpos e identidades.

Así fue hasta el 2018 que, a causa de los llamados activismos y organizaciones trans, fenómenos como la película “Una Mujer Fantástica”, y de las movilizaciones, paros y tomas feministas, se puso con mucha fuerza sobre la palestra pública y masiva, una cosita, como diría una amiga por ahí, que hasta ese momento, solo se movía en ciertos círculos.
Tons, niña, ¿qué es esto del lenguaje inclusivo desde mi perspectiva? Creo, en vista de la experiencia, que no es otra cosa que la necesidad por nombrarse desde una subjetividad no existente en la normativa binaria de la lengua colonial y androcéntrica.

Un querido amigo sostiene que la lengua es una herida viva, ya sea porque nombra desde una visión androcéntrica, binaria y heterosexual o porque no lo hace. En este sentido, como habría dicho si aún fuera militante de las izquierdas, es un avance. Y pienso que sí, en cuanto permite instalar la discusión respecto del binarismo, respecto de lo limitado de esta lengua castellana. Pero a la vez, me surgen ciertas inquietudes.

Quizá, lo primero es aquello de la inclusión. Ay, como soy LOK, le dedicaré unas palabras, sentidas palabras sentidas palabras sentidas ay y rima con admitidas, como la admisión a las universidades mediante la PSU, aaawwcita

¿En qué nos hemos de incluir cuando se habla de inclusión? ¿Cuál es el precio a pagar?
Yo sospecho y no quiero inclusión, porque rima con normalización que se pega la mea rima con domesticación.

No quiero inclusión que se tilda igual que institución.
No quiero esa inclusión que ha convertido la identidad en una fuente rica para obtener dinero.
No quiero inclusión para viajar por el mundo a costa de aprisionar a otrxs mediante el corset identitario.
No quiero la inclusión que me hará travestirme con los ropajes burocráticos del Orden Patriarcal, tomando desayuno con esos hombres acorbatados.
Ésos mismos responsables de nuestros cuerpos lastimados.
No quiero la inclusión que ha de llevarme a hablar por otrxs, jurándole a la sangrienta bandera nacional.
No quiero la inclusión de "aféitate que no pareces trans"
No quiero

Pero como dijo la mamá de la Cardo, céntrate en lo que quieres:
Y lo que sí quiero, es continuar encontrándome y reencontrándome con esxs otrxs tan diversxs, sabi.

Como dijo una LOK de la Kawin: Nos quieren uniformes como monocultivos, seamos diversxs como bosque nativo.

Y muy me toma, pues la homogeneidad, la cual es un signficado de inclusión disfrazada de multiculturalismo, ha sido la implantada a fuego y sangre de unOS pocOS por sobre unxs cuantxs mushxs.

A ti te digo, Óscar Joaquin: tanta charla certificada a la que asistís ¿Hablai con la Claudia, la vecina transexual que vive al frente de tu casa? Vai a buscar respuestas a una charla con certificado final, pero too lo tení en frente.

Ay, espérame, Pamela: estoy tomando aire luego de palabreo tan intenso…

Ya, ahora sí, sabi: sucede que es claro -para mí- que esta inclusión, tan amiga de la igualdad, lo que nos propone es ser igual al criollo “heredero” de la lengua de los violadores, lo que se traduce en ser iguales a los conquistadores/colonizadores/violadores; es por eso que para conjugar el verbo amar en primera persona, singular, presente, indicativo, queda en yo amo. Yo AMO. Y nos resulta maravilloso. Nos incluimos en la lengua a través de la cual, se nos gritó en el pasado: ¡Puto! ¡Sodomita! Condenándonos a la borradura mediante el Pecado Nefando.

Hemos de incluirnos en la ciudadanía hija del Estado, la expresión más reciente de la política burocrática del Patriarcado Colonial/Occidental, perpetuadorxs de la democracia burguesa, la democracia del sujeto central de la historia moderna: el hombre blanco de los occidentes po, ñaña. Inclusión, igualdad y cooptación van pegaditas, bb

Me genera un ruido molesto la verticalidad que no dialoga, y por lo tanto, se impone. Creo que sobre todo quienes hemos vivido la violencia de la invisibilización, no deberíamos desdibujar los sentires y pareceres de otrxs seres que conforman, lo que podría llamarle comunidad, aunque es un genérico que empleo, porque como todo, ya me produce cierta desconfianza, por razones que no vienen al caso esgrimirlas ahora. Me parece que si se institucionaliza aquello del lenguaje inclusivo, pierde cualquier potencial, pues no se genera desde abajo, a propósito de reflexiones colectivas y situadas, sino que se fija desde arriba; y éste es un peligroso ejercicio colonial paradójicamente.

Si se institucionaliza, se burocratiza, se rigidiza. Y lo estático es un contrasentido para quienes hemos habitado la fluidez propia de los cuerpos inclasificables. Calificativo que porta para mí, la gracia, como diría mi mami, a lo que yo agregaría su potencial subversivo.
Por lo tanto, me gustaría invitar a abandonar las rigideces burocráticas y fluir, como fluían nuestrxs antepasadxs. Para ello, juntémonos, mirémonos a los ojos, sepamos qué piensa y qué siente xl otrx. Aquí, me gustaría plantear que hiciéramos una operación contraria a la realizada por los genocidas conquistadores: Mientras ellos dibujaron la línea divisoria como la raza para determinar quiénes eran humanos y quiénes no. Ese otro pasó a conformarse en otro como diferente e inferior, produciéndose lo que nos dice ese caballero del Fanon, sabí: ser y no ser: El ser, el del sujeto, es el de lOs conquistadores y el No Ser, en consecuencia somos toas la tracalá de indios que nos llamaron.

Ay, Claudia, La Colonial Modernidad instauró en nosotrxs la imagen de ese otrx, como excluyente. Y me parece lindo y necesario recuperar la visión de la complementariedad de pueblos originarios, en donde el otro no implique exclusión, sino que una fusión, un fundirse entre sí.

¿Y esta verborrea qué tiene que ver? Todo sabi, porque no se trata -desde mi perspectiva- de gente trans y gente cis; que si eres trans no eres cis y que por lo tanto son las organizaciones trans  o un cierto grupo de personas de ámbitos más de corte universitario y académico, quiénes  bajen lo del lenguaje inclusivo, como un código ya armado. Y por tanto, de cómo hablar, de cómo inscribir nuestros nombres, nuestras subjetividades, nuestras corporalidades en una sociedad construida por el Orden Patriarcal, porque ahí operó a priori, el binarismo de la Modernidad. Es decir, mi invitación es a la construcción situada, en reflexión colectiva que incluya las tallas que siempre tiran los sauces llorones.
Además, me parece que otro elemento complejo respecto de esta separación entre lo cis y lo trans, radica en el hecho de legitimar nuestra existencia mediante un argumento construido en un laboratorio gringo, es aceptar a la transexualidad (categoría rígida po, niña). Es aceptar que habitamos el No Ser, pues ¿quién querría vivir en el cuerpo equivocado? Si vive ahí, pues claramente no es, y habita el No Ser, desde 1953.

Este punto lo he hablado con varixs amigxs y compañerxs y sé que genera reticencias, pero no soy partidaria de esta demarcación entre lo cis y lo trans, que así como la homosexualidad/heterosexualidad, lo cis solo se explica a partir de lo trans. Porque es Multiculturalismo, es diversidad, domesticación, y en consecuencia. defensa a ultranza de la identidad (política identitaria).  Lo cual nos puede llevar, desde mi perspectiva, a un peligroso fundamentalismo. Y yo, como plantean compañeras decoloniales como Ochy Curiel, creo que la identidad debería ser entendida más bien, como una estrategia y no como un fin.

Nosotrxs, la gente que nos ubicamos o se nos ha ubicado al interior del paraguas trans, sabemos lo que implica la persecución que ha caído a cuestiones tan groseras como el “cómo se luce”. Yo de ahí, wachis, por experiencia propia, prefiero ni estar medianamente cerca.

No obstante, no soy Lenin y no me interesa decirle a la gente cuál es el camino correcto. En ese sentido, quienes se habiten en lo individual, en los espacios específicos o en espacios separatistas propiamente tales, mixtos, etc. Pues muy sí: pluralidad, sabi. Pero sí me interesa, al menos que se puedan tener en consideración estos elementos, para ir tensionando la llamada política del enemigo, que es una construcción de lógica aristotélica, un delirio po, Maribel. Si no eres A, entonces eres B, y por lo tanto, aquí no entras.
Sé que son necesarios los espacios separados, de eso, yo soy una convencida y siempre lo he defendido, así como también defiendo que no gusten trazar diálogo con hombres cis heterosexuales. Porque, pienso en el Mayo Feminista, el cual, entre otras cosas, se caracterizó por varias tomas de carácter separatista, excluyente de hombres cis heterosexuales, producto de una necesidad de lxs compañerxs, para entre ellxs mismxs hablar primero sobre toda la violencia que les aquejaba (perpetrada, en su mayoría, por hombres cis heterosexuales) y, en consecuencia, qué hacer.

Porque, niña: una habla primero con sus pares, sus amigas, antes de hacerlo con quién identificas, fue el que te violentó. Esto, en general, porque es claro que una se siente segura con otras como una.

Pero, quizá mi matiz y, a propósito de mi propio devenir que fue desde las izquierdas a los separatismos, es que le veo como una transición. Tomando el mismo ejemplo de las tomas feministas separatistas. El gran problema de la violencia en contra de las mujeres y de personas trans y no heterosexuales, no es una temática exclusiva a tratar por quiénes la reciben, sino que en conjunto con toda la comunidad universitaria en tal caso, en forma horizontal, ciertamente, pues así se espanta al tiro a patudísimos como los rectores, porque para hacer comunidad, no puede haber esta jerarquía patriarcal pegada a la defensa del neoliberalismo.

¿Y por qué? Pues, primero, creo, hay que responder, por qué se tiene que guetificar una temática que es fundante del Orden Patriarcal. Y lo segundo, ¿cuáles son los efectos de la guetificación? Me atrevería a decir que, entre otros, el (trans) separatismo sororo. Cuando se dice esto es algo que me afecta a mí, por ser mujer, por ser trans y solo me reúno con quienes son mis pares y con ellxs he de resolver, pues como se plantea desde quiénes defienden la sororidad, se crea una ética en común. El problema es que si esta ética es  común solo entre determinados cuerpos y subjetividades, no se permitirá una reflexión que contribuya a avanzar en el enfrentamiento y cese de estas violencias patriarcales, sino que a obstruir aún más, caminos para construir.

Por eso entonces, la vía de comunicación que constituye la lengua ya sea oral o escrita, no debería ser un diálogo establecido solo entre un grupo reducido en comparación a la población total de la que solemos formar parte. No, si el propósito es ir pensándonos en perspectivas de proyectos vitales, si logramos ver más allá del escepticismo y del nihilismo graficado en la perspectiva del “humano basura”.

Creo que estamos viviendo una etapa de fundamentalismo conservador y religioso, en donde, en menos de 10 años, han salido a la calle una serie de grupos ideológicos quienes se oponen a cualquier posibilidad de construir un modelo de vida que haga tambalear al Patriarcado o Hetero-patriarcado capitalista. Dado que se pone en cuestión, entre otras cosas, la constitución de la familia nuclear tradicional.

 Y en ese sentido, continuar en la senda de guetificar las violencias que nos cruzan, contribuye a no contrarrestar esta oleada, sino que a hacerles más fácil la entrada a estos grupos. En circunstancias que invitaría, como ahí bien, yo creo, lo plantea la Segato, a ponernos al centro, sabi: mujeres, trans, raritas, grupos racializadxs, etc. Al centro, ya no más como las periferias, porque si lo que se ha instalado es un fundamentalismo para detenernos, nuestras temáticas, no son nuestras, son lo central, y la forma de comunicarnos lo es también. Por ello, para pensar en la lengua que hemos de construir, así como las variadas formas de comunicación, tendrían que ser a partir del encuentro de la pluralidad de cuerpos, desde abajo, horizontalmente, sin jerarquías, y por ende, sin liderazgos. Porque para imponer, están los patriarcales capitalistas, y de ahí ya sabemos que solo puede existir el horror.

Y sé que se dirá que el lenguaje inclusivo ya se ha puesto al centro, si hasta Bachelet se utilizó, pero lo que allí se recrea es la lógica colonialista de la verticalidad colonial, como ya expresé antes, mostrando también, lo fácil de cooptar aquello que fue trabajado para el Poder. Y por otra parte, aparece en clave de guetificación, pues solo se considera para un grupo de gente rara que no calza en la formulación binaria de la lengua castellana. Si vamos a tener apariciones desde lo periférico, como un mero tema de género, no se logra romper en lo profundo con esa pared que hemos ido construyendo. Perdiendo, creo yo, la posibilidad de evidenciar qué sucede con los cuerpos, con sus devenires y deseos; y como éstos, han de terremotear estructuras anquilosadas en el Orden Patriarcal que hay que echar abajo, pero solxs, en clave de secta, nos traerá más muertxs, serán tantxs que ya no podremos sostenerles sobre la espalda.

Me parece que ya hay abierta una puerta, solo hay que empezar a moverse con astucia, desconfiando de esa radicalidad irreflexiva y de corte fascistoide, en pos de la defensa identitaria, sin confianza en un diálogo con esos de arriba, por tanto, veo la horizontalidad que jamás se podrá encontrar en la burocracia institucional.

Y en definitiva, aunque desconfío del término, me pregunto lo siguiente: ¿qué tan inclusivo es un lenguaje inclusivo que no incorpora la pluralidad de visiones existentes?


(*) Fanzine “Desmontar la lengua del mandato, criar la lengua del desacato”, junto a Colectivo Universitario  de Disidencia Sexual, CUDS.

lunes, 19 de agosto de 2019

Dos poemas para aproximarnos a una historia LOK en tierras del Abya Yala


Sabí que pasa, Dafne Magdalena, creo que es muy necesario ir desentrañando historias de estos territorios, o al menos, más cercanos que esa pequeñita Europa. Los cuales tienen un gran punto de confluencia: La Colonial Modernidad, en palabras de Anibal Quijano. Importante, porque es una historia siempre contada por lOS conquistadores/colonizadores y por la mirada institucional burocrática del Estado-nación, y no desde los ojos de las corporalidades sometidas. La poesía (por ponerle un nombre), es una de las tantas maneras de ir (re)construyendo esos lejanos retazos de historia.

 Tiempo Cero: Por la Patria

                                       “Aperreó Balboa cincuenta putos que halló allí, y luego quemólos, informando primero de su abominable y sucio pecado
                     
Francisco López de Gómara. Historia general de las Indias. Tomo I


En nombre de Dios
y de los reyes de España,
declaraba el soldado español,
masticando en sus fauces,
los letales delirios
de amujerados showseros
Pppp
P      p
Ppppp
P
P
P
P
.
.
.
. . . ppppppPor la Patria,
luego dirían:
historia de los vencedores,
con Benjamin tras la pócima perfecta,
sin el machi
mucho menos, con el weye,
sin los espíritus esfumados en el humo de la cocina.
Demonio que sanas

Travestido…

…………….Puto

………..padre maldito de los mostaceros.
Perros, muerte a los colizas, colipatos que exigen
Trabajar,
pero cagan la esquina con sus líquidos solidificados.
(¿Te hai ido a putear pa´ l Norte?)

Es tiempo de llamar a Jesús, al Cristo Moderno
Personal Jesus:

Toca mi Fe
muérdeme la Fe
méteme la Fe
sacúdeme la Fe
chúpame la Fe
aniquílame la Fe.

Sí, Fe: ahora, desgárrame la vulva
¿Qué ocurre?
Te asusta la ausencia de mi vulva, oh sí. Porque sí y sí.
Te acaricio con mi uretra.
Insértate en mí y en mi recto.
Destrózame las tetillas
¿Te molesta mi ausencia de tetas?
Te incomodé la moral revolucionaria
Llamemos a Marx y marchemos a la izquieeeeeeeeeerrrrrrrr, izquierrrrrrrrr, izquierrrrrrrr
luego, marchemos a la mieeeeeeeeerrrrrrrr.

Límpiame el poto, por favor
lámeme el pichí que se me desbordó por donde tú sabes.
Aún no me lo operan
y la Fe, por ahí, no me podrá entrar.

Quiero que me embadurnen de Fe, para ver si encuentro,
en aquel acto, una tajada de placer.
Mi ano, compadre, perrito, bro´, hermano, compañero,
no fue creado solamente para cagar en tu bacinilla de plástico.

Me rasco la sangre escurrida desde mi centro de hembra.
Me cortaste la molestia, con tu cruz de olvido
la cruz del mariachi,
que ahora venga la Lila Downs y la cante.
Que su voz sea lo último que se apropie de mis sentidos
en esta noche de sueños malditos.

Estoy crucificada y chorreo sangre y sangre
y no fluye, se estanca y se mete,
y  mi panza ha de explotar.
y no, en un sentido capitalista.
Ya po´, mátame, mátame que me desangro
y la sangre se transforma en una niña
acunada, puesta en cuatro, por su padre.

Mátame, cura y sáname.
Transfórmame en tu sierva,
llévame a pe(s) car a la casa de dios,
enséñame a portarme como señorita bien.
No quiero volver a  abrir el hocico
mientras mi padre me tira el moco,
solo dilatar el ano pa´ que nada se desperdicie.
Mi padre me enseñó a comerme el moco
y es salado,
como la vida,
como mi suerte.
Mis caminos y tus suertes.
Mis heridas se queman en las profundidades de una acidez sin pastillas.
 
Me enterraste el cuchillo.
Ya se detuvo la hemorragia,
mientras
aguardaba por la sustancia azul
más perdida que en los verdes de tu parque.

¡Tú no eres el Cristo Moderno!

¡¿En dónde estás…?!

¡SAN PICO!

PICO CREADOR
del universo todo:

Perdóname,
de ti solo conservo
una silueta
imaginaria.
Ofrendado, has sido, a la ciencia
por consejo social.

PICO, PICO, PICO, PICO, PICO, PICO

¿Pico pa´l que lee?

PICO, PICO, PICO, PICO, PICO, PICO

PICO: te suplico de rodillas
permítele
a mi boca
no partirse frente
a tu dureza.
Inunda sus espacios
con un baño
seménico
(Extasiada)

PICO, te presto el chico,
pero a cambio,
no me quites la vida.
No tengo familia
a la que responder,
ni hijos
a los cuales alimentar.
Mas estoy yo:

¡Soy una realidad humana!

PICO, mi cuerpo meado por ti
a cambio de mi vida.
Te suplico:
escupitajos,
golpes
y destrózame,
fornícame la inocencia
desgárrame el cabello falso
ábreme la piel
con el cuchillo de tus manos.
Mas,
Pero,
Un brutal pero…
concédeme vi… existir.

Y digan PICO
Y coman PICO
Y hablen del PICO
Y quéjense del PICO
Y dibujen al PICO

PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO PICO PICO
PICO PICO PICO PICO PICO
PICO PICO PICO PICO PICO
PICO PICO PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO
PICO PICO

El pico
rebanado
en la licuadora
del hospital.

Abandoné
el cuerpo equivocado,
estoy hecha un cristo
pero también, una verdadera mujer
Gracias, por esa palmadita, doctor Mc Millan.
Pico, pico, pico, pico, pico.
Piquito
en el potito.



Los Maricones del Che


Compañera Raquel: PRESENTE
Compañera Eva: PRESENTE
Compañera Larguero: PRESENTE
Compañera Romané: PRESENTE
Compañera José Caballo: PRESENTE
Compañera Vanesa: PRESENTE
Compañera Fresia Soto: PRESENTE
Compañera Confort: PRESENTE
Compañera Natacha: PRESENTE
Compañera Peggy Cordero: PRESENTE
Compañera Gitana: PRESENTE

“Protestamos porque estábamos cansadas de la discriminación. En esos años, si andabas en la calle y los pacos se daban cuenta de que eras maricón, te llevaban preso, te pegaban y te cortaban el pelo por el solo hecho de ser maricón. Las cárceles y las comisarías eran como hoteles para nosotras. En ese tiempo nadie nos defendía, ni siquiera teníamos el apoyo de nuestras familias porque una se arrancaba de la casa de cabra chica para vivir más libremente, confiesa la Raquel, asegurando que en esos años no había tanta libertad como ahora para ir a reclamar a alguna parte.”

La Raquel, en “Bandera Hueca” de Victor Hugo Robles

El 22 de abril del 73, las travestis, las locas que frisaban los 18 años, vivían detenidas por ofensas a la moral y las buenas costumbres. La policía guanaquera de Allende las colgaba de tendidos eléctricos, cortocircuitando las monstruosidades, antes que sus anormalidades se volvieran regla en un proyecto socialista de hombres y mujeres nuevos.

La Gitana y la Fresia Soto,
lideresas naturales del grupo de locas revoltosas
Las animadoras de la fiesta,
verbalizaban el pálpito de esos cuerpos
de ancha espalda.
De la Gitana su nombre no conocían,
a pesar de los infructuosos esfuerzos de la policía,
por sonsacarles su identidad de huacha callejera.
Pero en su mente, tan nítida frescura  
que Luis Soto era la Fresia…Soto.
La comunista que les hablaba de política,
la cuentera que les inventó
un permiso solicitado para la manifestación.
¿Ay, qué dijo VEA?
“REBELIÓN HOMOSEXUAL: LOS RAROS QUIEREN CASARSE”.

Y qué hemos de hacer
P R O T E S T A R.
Ay, niña,
que los caballos vociferan,
tenimoh que protestar.
Si nos tiran agua no importa,
porque es socialista
como el pico comido anoche,
agüita limpia,
no contamina,
la mejor crema para la piel.

Los caminos se unen en destino concreto:
El de la plaza de Armas
y el de los carros de pacos
que llegaron, niñas

Ay, maricones se quieren casar
Ay, los maricones.
Maricones, ya no:
Homosexuales
Gays
Maricones ya no,
porque su hora pasó.
Maricones ya no.
Gay Parade,
Rolando Parade,
Luis Parade.
De colas
a parades,
sin el Chiste,
con la broma,
sin gorrito.
Paradai.


Publicados en "El Transcidio de Lulú". Abril de 2018.