martes, 9 de julio de 2019

EL HÉCTOR y las helenias: el pacto de verosimilitud para una ficticia ciudadanía

A fines de mayo, saltó por los medios la noticia de una relación entre el actor Héctor Morales y la modelo y activista trans, Helenia Melan. Lo cual me impulsa a escribir algunas reflexiones, niña.

Son problematizaciones que me interesa compartir, sabi. En principio, pa' toas nosotras, las que hablamos como Las Montini, y pa' las que no, pero que son de la misma cooperativa, wawa. Y también, pa' quienes insisten en definirse como heterosexuales (gente de 20 años ya definida, Pamela. Penita gótica). Porque una fue de ésas y sabe  lo difícil de abandonar la norma hegemónica.

Comienzo aclarando, sosi, porque a mí se me suelen imputar acusaciones sin sustento, que ni Héctor ni Helenia me desagradan personalmente, tampoco me molesta su relación. Por  el contrario, me parece interesante desde la perspectiva de la visibilizacion.

Muchas de nosotras, las cuales no No nos definimos ni como mujeres,, ni trans, y a veces somos ambas y más, y que hemos tenido experiencias con hombres heterosexuales o con quienes actúen desde allí (pansexuales, gays y bisexuales machitos po, niña), sabemos lo prácticamente imposible de transparentar el vínculo. Y aceptamos -por diversas razones- una "relación" oculta. Por esta violencia y otras, muchas hemos tensionado nuestra propia heterosexualidad, lo cual nos ha llevado a no relacionarnos más con toa esta sarta de cobardes. Sin embargo, varias, en algún momento, hemos pedido lo que tiene Helenia: reconocimiento.

Es este punto que, para mí, implica un problema. No a priori, pero sí se agranda en el marco del tipo de sociedad que hemos construido. Helenia, se vuelve helenias y Héctor, EL HÉCTOR.

Se me dirá, de antemano, que Héctor Morales no es precisamente heterosexual. Mi respuesta es: ¿Cómo entendemos la heterosexualidad? Para mí, al menos, es un régimen, niña, y no solo un deseo. Y lo que yo veo es a Héctor Morales reconociendo públicamente que se vincula con una persona trans. Si no es el actor quien se pone en la posición del hombre heterosexual, pues sí lo hacen los medios.

De igual modo, no le veo particularmente molesto, por el contrario. ¿Cuál hijo de la Modernidad podría enojarse? Héctor Morales, al decir de la Rita Segato,  se ha erigido como el Hombre con "h", mayúscula. Estatus que lo pone al centro del orden social, como el sujeto que ostenta el ser y el discurso oficiales y hegemónicos,   en circunstancias que todx quién no sea EL HÉCTOR, ha de ser relegadx a los bordes y a las periferias. Es esta otredad la cual habita Helenia, pero en la pluralidad, pues en esa otredad, existen multiplicidades de formas de habitar(se) con marcas propias, una de ellas, al menos, es la diferencia surgida en y por la clase social.

 Sin, embargo, Helenia no es ni será ese Sujeto central de la Modernidad, pero lo intentará. Es decir, querrá firmar, lo que en literatura se conoce bajo el nombre de Pacto de Verosimilitud, lo cual implica "creer" lo narrado en  un relato ficticio. Helenia, mediante este reconocimiento, por parte de EL HÉCTOR, creerá que es ciudadana. Ficción, porque aquella ciudadanía de la que nos hablaba ya ese llamado así "Primer Liberalismo", por mi feminista liberal eurocentrica, la dama Amelia Valcárcel, jamás ha sido realmente pensada desde y para las mujeres y para quienes habitamos lo femenino en general, puesto que ese primer discurso liberal, planteó a los individuos, finalmente, ciudadanos a los varones con familia. Y más tarde, las izquierdas lo firmaron, desde sus sindicatos obreros, generando lo que la reKia autora del Contrato Sexual, la sita Carol Pateman, definió como el pacto del salario familiar: obreros, con una renta suficiente, como para mantener a una familia, no así las obreras que siempre recibieron sueldos de hambre. Por eso, ciudadanía, para las helenias, solo puede ser en cuánto ocurre post pacto de verosimilitud.

Este reconocimiento, por parte de EL HÉCTOR, opera sobre esa dinámica de "la polola oficial", sin duda, pero por sobre todo en pos de la validación de la otredad desde El Sujeto. Es decir, El Ciudadano Varón Héctor, el mismo del Andros (de ahí decir que la historia es androcentrica), esto es: hombre, adulto, amo. Nada ha cambiado, el resto es pacto de verosimilitud.

En el caso específico de las trans y las raritas, el pacto se funda en dos leyes: una ya aprobada y otra, solo en las voces de les activistas. La primera es la Ley de Identidad de Género (LIG) y en el Cupo Laboral Trans. La LIG es el reconocimiento/validación por parte de EL HÉCTOR, del "ser persona". Mientras que el Cupo... es una petición a empresas -estatales en Argentina- que completa el cuadro mediante la bella figura de la inclusion. Ciudadana y además, calificada, nena.

Ahora bien, no sostengo que las helenias sean (seamos) engañadas, siempre sabemos que existe la letra chica, puesto que hemos desarrollado lo que la María Galindo llama "Feminismo Intuitivo", lo mismo que aquella que dicen que dicen de la Gabriela, caracteriza como experiencia.

Las feministas, las mujeres, las raritas y las otras de las otras, ya sabemos lo que implica este reconocimiento que apunta a la validación, es por sobre todo, inclusión que no es otra cosa, Claudia.. sí, bb: cooptación. Y lo sabemos, porque aunque nuestras historias fueron borradas desde el androcentrismo patriarcal, siempre hubo una madre, una amiga, una compañera, hasta una weona pesá que nos advirtió, al calor de un caldo en la cocina, tomando té o patinando po., niña: si te conviertes en EL HÉCTOR, ya no hay más Helenia".

Decir  que la inclusión -de la mano de la igualdad- soluciona too el asuntito, me lleva a pensar   lo mismo que decía la sushiquiya de la Audre Lorde: las herramientas del amo no   desmantelarán   nunca la casa del amo

El pacto de verosimilitud de la ciudadanía, es la trampa: la incluida concejala Zuliana Araya, nos mandó a reprimir con pacos el 2017, mientras aumentan las agresiones heteropatriarcales en contra de cuerpos no heterosexuales. Y con Bachelet en el Poder, no disminuyeron los femicidios. Esto no los permite ver tanta política identitaria, Lucha.

Con amigas mariconas, transvestis y raritas, nos hemos venido pensando, como dicen desde la Kawin Trans Interseccional, en una ética en común, que nos permita, por una parte, evidenciar y esquivar la política identitaria de las trans con las trans, y por la otra, que nos haga abandonar el horizonte ciudadanista de la inclusión. No queremos firmar el pacto, queremos seguir construyendo comunidad, y sin EL HÉCTOR, no lo necesitamos.