Por estos días, el nombre de
Karen Atala ha estado en el ojo de la crítica, dado que en su turno del fin de
semana en el séptimo Juzgado de Garantía, decidió dejar en prisión preventiva a
Nicolás Ríos, el joven secuestrado por el OS9 de Carabineros, y del cual los
medios lo llaman detención. El abogado de la Defensoría Popular, Lorenzo
Morales, acusó a la jueza Atala de negarse a ver los registros de la detención
en los que se verifican los apremios ilegítimos que recibió su representado,
dejándole en prisión preventiva.
Dicen que ella, como lesbiana,
que ella como activista lgbti… Y la pregunta es: ¿Quién es Karen Atala?
Jacqueline Karen Atala Riffo,
nació el veinte de octubre de mil novescientos sesenta y tres. Es una abogada y
jueza chilena, titulada en la Universidad de Chile. Se hizo conocida
popularmente por haber demandado al Estado chileno ante la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, debido a que la Corte Suprema le negó la tuición de sus tres hijas,
dado que convivía con su pareja lesbiana, Emma de Ramón, historiadora del arte.
En la actualidad, es parte del directorio de la Fundación Iguales.
Se debe precisar que esta primera
resolución de la Corte Suprema surge de una demanda presentada por el ex marido
de Atala, el también abogado Jaime López, por la tuición de sus hijas menores
de edad basado en su orientación sexual.
Es por esta resolución, dictada
por el máximo tribunal chileno en dos mil cuatro y que, pone fin a cualquier recurso
nacional, que Atala decide denunciar al Estado chileno ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos por atentados graves a los Derechos Humanos
de las personas, entre otros el derecho a la igualdad y la no discriminación.
La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos declaró admisible la denuncia en agosto de dos mil ocho. Tras años de
espera, en dos mil diez se reconoce la discriminación sufrida tras ser apartada de sus
hijas. Lo que origina una recomendación por parte de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) al gobierno de Chile, que le condenó el le condenó
el veinticuatro de febrero de dos mil
diez, en el caso denominado “Atala Riffo y niñas Vs. Chile”.
En la ceremonia de desagravio del
gobierno a Atala, acto en el cual estuvo presente el ministro de Justicia, Teodoro
Ribera; la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei; y la ministra del Sernam,
Carolina Schmidt, el presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, Karen
Atala hizo uso de la palabra dando testimonio de lo que significó este proceso
que terminó con la presente ceremonia.
“Fuimos vulneradas, aún cuando la
Constitución dice que somos igual en derechos”, agregó la jueza, quien explicó
que esto se produce porque “nuestra ley de familia se ha quedado anclada a
otros paradigmas”, concluyendo que “una sociedad decente es aquella que no
humilla a sus miembros”.
Cuando en el diario La Tercera,
allá por el dos mil doce le preguntaron: ¿Cree que en Chile hay ciudadanos de
“segunda categoría”, sin derechos? Ella respondió:
Sí, y de tercera categoría
también, los transexuales. Lo que pasa es que como país nos quedamos como
pegados y creemos que los DD.HH. sólo se relacionan con la vida y la integridad
corporal, pero se olvidan que después del derecho a la vida vienen el derecho a
la libertad y el derecho a la igualdad. Son los tres derechos humanos básicos.
Nos preocupa que no nos maten, torturen o apresen, pero se nos olvida el
derecho a la igualdad. Y esa igualdad jurídica es lo que estamos impulsando
desde la diversidad.
Derecho, una gran palabra…
El veintiseis de diciembre del dos mil siete en la
comuna de Victoria, a la altura del kilómetro seiscientos diecisiete de la Ruta 5 Sur. Según el
relato de la parte acusatoria, dirigida por los fiscales Miguel Angel Velásquez
y Alberto Chiffelle, un grupo indeterminado de encapuchados procedieron a
obstaculizar la calzada poniente, dirección norte-sur, derribando árboles sobre
la vía.
Para la edición del treinta de
diciembre, del dos mil siete de El Mercurio, la Jueza Karen Atala relata, lo
que titula el pasquín: aterrador ataque de grupo de mapuches armados en la Ruta
Sur.
"No podía creerlo. Aquí, en el
siglo XXI, estamos en plena guerrilla mapuche con el Estado chileno. Por un
momento pensé que podíamos ser usados como escudos humanos. Como en la
guerrilla colombiana. Pensábamos que si llegaban los carabineros podría
producirse un enfrentamiento. No podíamos arrancar, porque la carretera estaba
bloqueada con los troncos y frente a nuestros ojos los encapuchados quemaban el
camión". Más tranquila, en su parcela de agrado de Villarrica, acompañada
de su pareja Ema de Ramón, y de su hijo mayor Sergio Vera Atala, la jueza del
XIV Juzgado de Santiago, Karen Atala, relató la dramática y aterradora
experiencia sufrida la madrugada del miércoles último cuando un grupo armado
amenazó con quemarla junto con su automóvil y sus acompañantes durante un
ataque incendiario en la concesionada ruta de la Araucanía. Escribía El
Mercurio.
Se agregaba el antecedente de que
la magistrada intentó conversar con el grupo pero uno de ellos le apuntó una
pistola en la cabeza y le amenazó con quemar el automóvil en el que viajaba
junto a su pareja y su hijo sino se retiraba de lugar. «No dejó de apuntarme en
la cabeza una vez que subí al auto«, declaró la jueza.
Tanto ella, como su pareja de ese
entonces, Emma de Ramón, declararon en el juicio contra el inculpado por tal
ataque, el peñi Carlos Cayupe Aillapan,
quien fue condenado a cinco años de cárcel sin beneficios y al pago de once UTM
por el delito de incendio de un camión en la ruta cinco sur. Fue absuelto de
los cargos de daños y homicidio frustrado. Emma de Ramón particularmente,
reconoció a Cayupe, "por tener cara de mapuche".
En julio de dos mil once, se daba
la noticia que se reabría la investigación en contra de Rodolfo Arredondo, ex
periodista del Mercurio y miembro de la Orden Franciscana, acusado abusos
sexuales reiterados en contra de menores de edad en La Florida.
Y es que Karen Atala había
cerrado el caso en junio del dos mil once, en su calidad de jueza del Catorce Juzgado de Garantía de Santiago, Karen Atala. Decisión que provocó el que la
madre de una de las víctimas le increpara, ante lo cual, según narró la mujer,
Atala le habría lanzado un vaso con café. Sin embargo, el tribunal de alzada
capitalino determinó que existen antecedentes más que suficientes como para que
el Ministerio Público lleve adelante la indagatoria en contra de Arredondo.
Me pregunto: ¿qué se puede
esperar de una persona con los antecedentes de Atala? Qué, niña, qué. No es solo
lesbiana, ella es una ciudadana, y todes quienes atenten contra su condición de
tal ya dejan de tener los mismos derechos, quienes no sean como ella y los
suyos, tienen que desaparecer. Esa existencia lesbiana de Karen Atala, no sirve
a nadie ni a nada más que al PODER.