Desde hace un tiempo, he estado
asistiendo a comprar el pan a una panadería del sector de Echaurren, lugar que
habito en los tiempos actuales. Viviendo ahí, en Cordillera que dicen, no es na
Cordillera sino que Pre-Cordillera, como me comentaba el Alonso el otro día que
le llamaban al sector que habitamos algunxs. Ahí, en las faldas del cerro, porque
para mí, no es una sola falda, son múltiples que bailan en el viento de un
Valparaíso recorrido por milicos y gente que habla de los milicos que dicen
habla de la gente que hablan de los milicos.
Una de las razones para asistir a
esta panadería, son sus bolsas de papel. Son tres tamaños que una puede elegir.
Yo elijo el de tamaño medio. Allí llega mi pan. La última vez que fui, eso sí,
no usé las pinzas; es que no las encontré y no quise molestar, como cuando era
chica y no me movía para no molestar. Pero dispuse el pan en la bolsa de papel…
Ay, su textura, su sonido a ratos quebradizo que adorna mi ruta por el sector,
para obviar que más allá aguardan los milicos sedientos de ejercer una nueva
humillación.
Son tan lindas: son simples,
unicolores. Entonces, ¡cuánta belleza! Así las he ido arrumbando en el librero
de mi pieza. Las faldas del cerro que habito, se mueven y yo con ellas. Así, en
mi mente se levanta la idea de faldas de papel, una que sean muchas, muchas que
se bifurquen y develen que el camino de la rigidez: ése que nos enseñado e
impuesto, es un camino a través del cual no podría existir cauce de río, agua…
agua. Es decir, no podría desarrollarse vida. En la rigidez no pueden bailar
las faldas. Yo pensé en faldas de papel, un collage que de cuenta de un
desbarajuste, de un caos, de un bosque que, como tal, es caótico. Una rebeldía
que nos aleja del monocultivo, de ese Mundo del Uno, de aquella costilla de
Adán, de esx otrx que se niega.
Estas faldas que no ondean como
bandera chilena, porque no es que habiten Chile, habitan la ruptura de una
falda que son muchas. Allí, en la pre-cordillera del Cordillera, allí observo
reflejos de flujos otrxs, como dirían lxs zapatistas, otroas. Allí observo,
percibo, así como en mí, que me muevo con los coqueteos del tomate, con el
baile de la palta que me invita al goce. Allí, cual faldas, aquellas
existencias no binarias. Primero, creo, niña, es tan importante hablar de las
existencias:
Recuerdo a una chiquilla, la
Javi. Allá por el 2017, estábamos desarrollando una serie de reuniones, varias
virtuales, porque no todxs habitábamos la misma zona geográfica. En pos de
levantar un Encuentro Trans No Binarix que, finalmente, se pudo desarrollar a
fines de octubre de aquel año. Mientras estábamos dialogando sobre las
cuestiones relativas al Encuentro, la Javi muestra cómo estaba creciendo su
cabello. Para ella era tan relevante y, de pronto, para el resto de nosotrxs
también lo era.
La Javi se nos colaba por todos
nuestros sentidos, en cada baile de ese cabello, en cada detalle de aquel
cabello que se avizoraba fuerte, movedizo… Allí. La Javi, a quien aún seguimos
conociendo como Javi, existió, existe. Comprendí que el Encuentro que estábamos
intentando levantar, para mí, me ubicaba frente al espejo. Existí en ese
momento con Javi. Porque no se trataba solamente de sus cabellos, eran todos
nuestros cabellos. Las ansias de tenerlos largos, a lo cual posteriormente, invadía la tristeza
cuando los cortaban… ese pelo de la Javi nos hacía existir, existimos de múltiples
maneras, durante las reuniones, durante el encuentro y también, post Encuentro.
Es tan importante existir, para
quienes hemos debido inventar palabras para existir, diría, para existir-nos,
existir-nos junto a otrxs, con otrxs, en otrxs. Siendo existencias, muchas, que
están siendo no binarias. Porque ante la imposibilidad de encontrar palabras en
el imaginario dominante, impuesto y profundamente violento: excluye,
invisibiliza… Mientras las creatividades de las existencias otras se inventan
alguna palabrita, algún sentir… por ahora, está lo no binarix. Pero así con x y
en plural. Porque incertidumbre, porque fluyen.
¿Y aquello de lo no binarix o
existencias no binarixs Qué implica? Pues, incertidumbre, No sabemos en rigor.
Porque fluyen, fluyen, y son en sí fluidos, más que el proyecto inacabado que
busca tener una culminación. Es un desafío a esta Modernidad, que ya dijeron
por ahí, su historia empieza y acaba con Europa. En estas existencias No
Binarixs, La Europa se desgrana, es arena que se pierde entre los dedos, en su
propio descompuesto olvido. Europa se muere, y se lleva consigo, agonizantes, a
los binarismos… rígidos y excluyentes binarismos que se parapetan tras sus
propios muros del Mundo del Uno. Van brotando las existencias no binarixs, tensionando
y poniendo contra las cuerdas al Pensamiento Binario, a la existencia que es
una sola, porque es del Mundo del Uno. Es un binario que excluye lo que no sea
y curiosamente, corta, con su cuchillo, su propio cuello.
En estos tiempos, brota vida.
Faldas muchas bailando entre ellas, las de la pre-cordillera y junto a otras y
otroas y otroes y otrxs. Brota energía, brotan creatividades. De seguro, muchxs
de ustedes deben estar retomando sus acuarelas, sus poemas y canciones
inconclusos, sus fanzines, etc. Yo bailo con y en las faldas de la
Pre-Cordillera. Estas creatividades que pugnan por salir a la superficie, se
manifiestan por todas las grietas de este mundo que se viene abajo, porque su
rigidez de milico, lo agrieta con su propia rigidez.
La Red por su parte, con Pauta
Libre, ha tomado el guante de las tensiones, críticas, hacia una televisión siempre
en favor de la derecha oligárquica, desprestigiada como toda la
institucionalidad, que no aguanta más. Sin embargo, lo hace dentro de un
binarismo que es por lo tanto, dicotómico: se hace parte del Apruebo. Será el
programa del Apruebo, frente al Rechazo. La revuelta, en términos mediáticos,
insiste en ser atrapada desde la decodificación binaria. Una dicotomía
ficticia, porque el Patriarcado lo hizo de nuevo, un Patriarcado que edifica
narrativas una y otra vez.
Sin embargo, y aunque sus rostros
sean Mirna Schindler, Mónica González, Alejandra Matus y José Antonio Neme
rostros de una exasperante socialdemocracia. Hay que señalar que se trata tres
mujeres y un homosexual. Lo que en términos simbólicos, no deja de dar guiños
hacia una calle embravecida, solo sostenida por la camisa de fuerza pandémica.
Sé que son profundamente, rostros socialdemócratas, pero no son en ningún caso,
“A esta hora se improvisa.”
Ante el derrumbe cada vez más
altisonante de todo este mundo de miserias, es que los patriarcas capitalistas,
genocidas, insisten en parapetarse. Resucita Jaime Guzmán con A esta hora se
improvisa, pero solo para atestiguar su más dolorosa derrota. No es que sea el
llamado modelo que cae, es que las grietas dan cuenta de heridas aún más
profundas, que requerirán un tratamiento aún más profundo.
Ese Mundo de una única posibilidad,
representado por Guzmán, se agrieta, se está cayendo. ¿Es lo no binario una
nueva especie de sujeto revolucionario? No, lo no binario, o las existencias no
binarias, no son garantía de absolutamente nada. Ninguna identidad o no
identidad en sí, lo es. Es iluso el pensarlo, pero entiendo la necesidad de
encontrar constantemente sujetos revolucionarios. Y es que, comprender las
existencias no binarias solo como una estética, solo como cuerpos, solo como
identidades es quedarse en la superficie.
Lo que se plantea frente a este
mundo de Jaime Guzmán, ese mundo de la rigidez, del Uno, de lo que no flamea
con los vientos cordilleranos y se muere con el veneno de su propia agua
estancada, es que las existencias no binarias, son esx monstrux que nos dice,
nos notifica, nos avisa, nos advierte que la profundidad de estos cambios,
requieren de una profundidad de reflexión interior, de cada cual, en conjunto
con otrx. En tal sentido, esa advertencia, nos da cuenta que no solo puede ser
no binaria una identidad, sino que nuestras maneras de aproximarnos al mundo y
estar siendo y estar estando en el mundo. Si lo no binario es solo identidad
sexo-genérica, sin lograr dar cuenta de
la potencialidad de su propuesta como existencias, como una existencia no
binaria corpoterritorialidad: una fluidez en consonancia con plantas, con
vibraciones otras, con sentidos otros. Entonces, la potencialidad se extravía…
lejos…
Que la dicotomía de la rigidez de
cualquier Jaime Guzmán interno, de paso a la fluidez no seguir con dos polos.
Porque no se trata de Apruebo o Rechazo, se trata de los mundos que deseamos
construir o seguir construyendo. Sentir, pensar, sentipensar sin binarismos,
sin las dicotomías excluyentes, sin la ética de la guerra, es una potencialidad
que nos están mostrando las existencias no binarias.